Obra literaria de Carmen Moreno
Después de mil ayeres sólo tengo un porvenir
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Pedro el cocinero
Calculando el balance del barco Pedro el cocinero prepara los alimentos de de los marinos, le gusta bailar y cantar al ritmo de la marimba que pone al oído para acompañar su labor en el día, música jarocha de su tierra Veracruzana, sus amigos tres simpáticos e inquietos ratoncillos, Louis Pierre y Ashley le pasan la sal, la pimienta y hasta el hinojo sin enojo, cuando el personal de cocina no los ve; el mayordomo de barco estaba por hacer su recorrido supervisando la labores del personal de cámara, atento que los cocineros siguieran el orden del menú que les había indicado para la comida , que los ayudantes de cocina cumplieran las normas de higiene teniendo los alimentos desinfectados y las vajillas limpias, los camareros tendieran bien las camas y llevaran la ropa sucia a la lavandería , así como los gambuceros trasladaran los víveres a la cocina y mantuvieran limpias las despensas del barco; todo estaba perfectamente calculado para que se cumpliera lo dispuesto y la travesía transcurriera sin ninguna novedad, en eso estaban cuando el jefe de máquinas entro a la cocina, no he podido dormir bien Pedro, regálame un café de tu tierra bien cargado, hace unos días que no pego los ojos por la noche y es que una de las máquinas anda fallando y por más que he tratado de arreglarla no he podido, ya había informado al capitán que esto necesitaba atención especial, aparentemente se soluciono, pero a vuelto a fallar, no es culpa mía lo que está sucediendo; además en el cuarto de maquinas se siente una sensación extraña, como si alguien te vigilara y de repente ahí corrientes de aire; y dime como Pedro no es un lugar donde siquiera exista una rendija, mi primer oficial también esta consternado, deberás esto nos tiene muy preocupados. Mira Castro ten tu cafecito chico, todo se va a reglar, no te preocupes ustedes son muy buenos, al rato voy hacerle al capitán unos camarones con pulpos y langostinos de chuparse los dedos, son una delicia, te voy a guardar un poco para que los pruebes, ha Pedro así si se recupera el ánimo, las cosas con esa promesa se ven diferentes. Primer oficial Castro venga usted rápido, el tercer auxiliar de máquinas lo anda buscando quiere comentarle una incidencia con los motoristas parece que el guardia anoche tuvo un conflicto serio, ya le hablaron al capitán, a los otros motoristas a los lubricadores incluso a los buzos creo que tendrán que bajar a revisar el casco , también se solicito la presencia del primer, segundo y tercer oficial de cubierta para que informen del derrotero de la embarcación y presenten el estado meteorológico, parece que nos amenaza un huracán, el contramaestre está reuniendo al personal , ¡ha caray! Las cosas se complican, ya lo presentía yo Pedro, ¡guárdame mis camarones, no te los vallas a comer! Al salir Castro, Louis y Pierre llegaron agitados con Pedro, Oh Pedro el timonel está muy apurado ha tenido que desviar la ruta indicada, el telegrafista está mandando un mensaje de emergencia, el huracán Emmy se aproxima, estamos muy nerviosos, los ratones no sabemos nadar y no tenemos salvavidas, no se preocupen nuestra tripulación siempre ha salido avante, nuestros hombres están preparados para eso y más; pero que vamos hacer, se nos está bajando la presión, son los nervios muchachos, pero un buen navegante nunca debe temer, al contrario en estos momentos probamos nuestro temple, ponemos en práctica nuestras enseñanzas y combatimos al temor con valor, ya ven por no dejar de hablar ya me corte, auxiliar Pineda localice al médico naval, si cocinero, deben recuperarse, no es momento para ponerse mal, mareados, y luego verte así ensangrentado, no estoy ensangrentado es sólo una cortadita, hay me desmayo, Pierre, por favor no hagas tanto estruendo Pedro tiene razón si quisimos ser marinos seamos fuertes, no podemos dejarnos caer, que va a ser de nosotros, aquí nos sacan como ratas o nos ahogamos como tales, cocinero Pedro el médico está ocupado con el auxiliar enfermero que prepara los materiales de curación, uno de los marineros se lastimo al hacer una maniobra y deben cocer la herida pues ha sangrado mucho, está peor que mi heridita, si cocinero Pedro el marinero se rebano el brazo con una percha y parece que se lo disloco, Uh caray eso si esta grave, el viento y el oleaje están muy fuertes , mientras que no nos den una contra orden debemos seguir haciendo nuestras actividades, si cocinero. Pedro dame un poco de coca para que me suba la presión, pero Pierre, solo son los nervios, mira los marinos no podemos sentirnos mal y menos cuando las cosas no están bien, nuestra misión siempre debe concluirse, estamos para servir a la patria y la patria necesita de hombres comprometidos, disciplinados y valientes, sí pero dame coca, un ratón tomando coca, te doy un pedazo de queso provoleta creo que te sentirás mejor que con la coca cola, señor las sirenas de alarma comenzaron a sonar, inmediatamente el personal salió de forma ordenada, Pedro tomo a sus amiguitos y los metió en las bolsas de su pantalón , cuando se iban llego Ashley el tercer ratón, chicos, chicos, Pedro, parece que los barriles de alcohol que transportan en las bodega han estado goteando, lo que significa que además de los otros problemas ahora tenemos uno peor los vapores inflamables pueden provocar una explosión, los tres ratones volvieron a salir de las bolsas del pantalón de Pedro gritando y llorando, nos vamos a morir, tendremos que abandonar el barco, Pedro tengo que decirte algo, hay un polizonte a bordo, un polizonte Ashley, como te explico, es un pirata muy cruel, habita en estos océanos hace más de cuatrocientos años, lo he visto arrastrando sus cadenas, con su muleta y su pata de palo, cada vez que aparece en una embarcación suceden cosas terribles, la última vez fue en un barco que se perdió en el triangulo de las Bermudas, el navío comenzó a presentar de un momento a otro una serie de problemas, igual que este buque, y es que la sola presencia de el capitán Piraña como le llamaban en vida a este perverso espíritu, hace que las cosas se pongan de mal en peor hasta que las embarcaciones naufragan, ¡ es horrible!, no te preocupes Ashley ya nuestro capitán está tomando medidas, si les llego con esto me van a tildar de loco, te juro que es verdad, y de que sirve que yo te crea, quien me va a creer a mí, como puedo evidenciar la presencia del capitán Piraña, imposible solo nosotros los ratones podemos verlo, los humanos no, aunque podría ser, si te tomas una antigua formula que me regalo un viejo alquimista , al ingerirla podrás entrar en nuestra frecuencia y así constatarías que lo que te digo es verdad, mira aquí traigo unas gotas del brebaje, tómalas en tu refresco, ¡ no! ¡ Si! Debemos ayudar a salvar la embarcación y tú eres el único que puedes apoyarnos, una vez que las hayas tomado, preparas una exquisito corte de carne cruda con estragón, cardamo y muérdago, la llevaremos a la bodega con una jarra de vino, el capitán Piraña la devorara, y al ingerir las tres hiervas mágicas nos libraremos de sus poderes malignos, esto parece una historia muy inverosímil, lo sé, pero no estoy para decir cosas absurdas en un momento como este, por favor Pedro creme; las sirenas del barco volvieron a sonar , por el alta voz el capitán pedía la presencia de toda la tripulación, ya no hay tiempo, debo de ir a cubierta, no, Pedro no te vayas sin antes concluir esta misión. El barco comenzó a ladearse, la tormenta se desato con furia, parecía que todo terminaría, voy a jugarme el puesto por tres ratones, Pedro, si no lo haces, te vas a jugar la vida y la de toda la tripulación incluyéndonos a nosotros tus amigos inseparables, Louis tráele un corte de carne, Pierre pásame las hiervas, ahora Pedro solo prepárala debe quedar deliciosa, entre los vaivenes del barco a punto de sucumbir Pedro y sus amigos se apuraban a llevar el platillo que terminaría con la influencia del terrible capitán Piraña , bajemos, vamos a la zona más peligrosa, ahora menos que nunca debemos retractarnos, tenemos que exterminar al tal piraña, entre tropezones y el desasosiego de lo que podría pasar en su trayectoria, fueron hacia la bodega, donde vieron al capitán Piraña apurado perforando los barriles de alcohol con el pico de una lanza, aquel sujeto de apariencia espectral se esforzaba en su diabólica misión, de pronto se quedaba quieto se limpiaba el sudor y arrojaba unas intensas carcajadas, para volver a enterrar la lanza en la base de los barriles, acerquémosle la carne y el vino donde pueda percibir su delicioso aroma, ustedes carguen la charola yo les cuido la espalda, deslícense con cuidado en lo que él se aturde queriendo perforar los barriles de alcohol, los tres ratones llevaron casi frente al pirata el trozo de carne cruda y el vino, pusieron la comida a sus pies y huyeron en estampida, el pirata atraído por la sangre fresca del platillo paro su siniestra enmienda, detectando de inmediato el cruento olor , volteo a buscar, levantando con gran furia todo lo que a su paso encontraba, después de cerciorarse que no había nadie, empezó a saborearse el platillo, el barco daba de golpes, Pedro y sus amigos se detenían con fuerza dentro del ducto del aire acondicionado, para no ser vistos por el pirata, más en momentos parecía que el intenso romper de las olas sobre el casco del barco los arrojaría en justo al centro del platillo que ya devoraba con gran gula el perverso pirata, parecía que el huracán los revolcaba, los truenos, rayos y centellas daban un toque infernal aquel momento de angustia y terror, donde el viento mugía y silbaba, las olas se estrellan unas contra las otras, los costados del buque crujen, el cenit aparece rodeado de tinieblas donde se ve a lo lejos un espacio blanquecino, el ojo de la tempestad, las olas suben a casi diez metros estaban a punto de zozobrar, el timonel trataba de cambiar el rumbo, mientras el capitán consultaba los planos, y la tripulación en general trataba en vano de controlar aquel aterrador momento, Pedro y sus amigos pretendían aniquilar al temido Capitán Piraña, sabes Pedro este pirata fue de los más temidos, era un verdadero terror en las aguas de los mares, mataba con saña a sus enemigos y luego los devoraba a mordiscos, como animal salvaje la sangre lo ponía frenético, por eso lo llamaban capitán Piraña, creo que fue el único capitán antropófago que ha existido en la historia si logramos deshacernos de el hasta nos van a condecorar, sabes cuantos barcos salvaremos de la influencia de este malandrín ; aun sin reconocimiento debemos cumplir con este cometido, a mi me va a arrestar mi capitán, y este espíritu desventurado sigue tragando sin que la formula surta efecto, bueno es que tiene que actuar la magia, ya veras, de pronto el terrible Piraña aventó el plato vacio, se trago el vino casi de un solo sorbo y levanto los brazos, al tiempo que emitía unos horribles alaridos, que se confundían con los bramidos de los truenos que estremecían el alma e inquietaban el espíritu, parecía que estaban al fondo del averno ante un espantoso demonio que comenzó a retorcerse golpeando sin sentido con su tiesa pata de palo y su asquerosa muleta , era como una pesadilla, Pedro no dejaba de clavar la mirada en aquella escena dantesca, poco a poco la pavorosa aparición fue desintegrándose como si uno de los rayos que caían en altamar lo hubiera atravesado hasta quedar reducido a un puño de cenizas, Pedro salió con los ratones de inmediato del ducto de aire y con el pie zarandeo las cenizas, al tiempo que movía la cabeza, no puedo creerlo, es imposible, debo de estar muy grave esa dichosa toma que me dieron me transformo los sentidos, me han de ver metido una pócima de opio, toluache o heroína, esto es inaudito, bravo, bravo gritaban los ratones, sea como sea, Pedro, lo logramos, mientras saltaban a su alrededor, vencimos al mal y realmente fue increíble, a partir de ese momento la fuerte tempestad comenzó a cesar, el oleaje bajo y el barco pudo encausar un nuevo rumbo, el capitán que revisaba los interiores del navío para ver si no había sufrido algún averió, abrió la puerta de la bodega y se encontró con Pedro que al verlo no pudo más que alzar los hombros y abrir las manos, no me lo va a creer mi capitán, que pasa cocinero Pedro que hace usted aquí en la bodega, es que mire, yo, usted se sube a su cocina y se pone hacer la cena con los otros cocineros, que la tripulación no ha podido probar bocado alguno y la gente esta hambrienta, si mi capitán, capitán diga usted contra maestre Lozano, el contra almirante a podido contactarnos y quiere hablar con usted, de inmediato subo. Al partir el capitán y su cometida los ratones sacaron sus cabecitas de entre las bolsas del pantalón de Pedro y subieron por la camisa de este hasta pararse junto a su oído, cantando en coro los tres, por ser un gran compañero, por ser un gran compañero, un pedazo de provoleta nos va a dar para cenar.
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